La energía nuclear en Alemania

01 / NOV / 2008
Ediciones

Esta fuente energética sigue siendo un tema político-electoral en ese país

SERGIO GARCÍA SÁNCHEZ*

Actualmente la Unión Europea (UE) tiene dos objetivos para 2020: alcanzar que la energía que consumen sus miembros provenga de fuentes alternativas a los combustibles fósiles en un 20% y reducir ese mismo porcentaje en lo referente a sus emisiones de gases de efecto invernadero, existiendo la posibilidad de sumarle hasta un 30% si otros países industrializados se unen al camino de reducir emisiones. De esta manera, se demuestran razones del papel clave que desempeña la UE en torno al cambio climático antropológico, es decir, de origen humano.

Para la Unión Europea, el asunto de la energía es uno de sus retos prioritarios, porque entre muchas razones no desea depender de terceros países como la Federación Rusa en lo concerniente a fuentes de energía y porque el camino a nuevas opciones no sólo la pone a la cabeza en materia, sino que también le brinda la oportunidad de comercializar bonos de carbono gracias al esquema de los mecanismos de desarrollo limpio (MDL). Esto, además, fortalece su viabilidad de metas en conjunto para alcanzar lo convenido en el Protocolo de Kioto, siendo el tema energético un factor clave en la formación de acuerdos globales sobre el cambio climático.

Hace ocho años, la República Federal Alemana anunció que abandonaría la energía nuclear para 2021. La canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro de medioambiente, Sigmar Gabriel, han recalcado que la decisión de abandonar paulatinamente la energía nuclear sigue en pie, siendo 17 plantas atómicas las que aún están en funcionamiento y cuyas actividades cesarán de acuerdo a su antigüedad, a más tardar en 2021, fecha en la que la última habrá cumplido 32 años de funcionamiento.

En 1957 comenzó a funcionar el primer reactor nuclear en Alemania y 43 años después el gobierno alemán alcanzó un acuerdo con compañías de energía para el cierre gradual de los 19 reactores nucleares con que cuenta el país. De esa manera, en 2003 se cerró el primero y en 2005 el segundo reactor cesó sus actividades, quedando actualmente 17 de ellos. En 2008 solamente una planta será cerrada, pero para el próximo la cifra aumentará.

La energía nuclear tiene sus ventajas, porque es posiblemente la única energía capaz de satisfacer las demandas actuales de electricidad que proporcionan los combustibles fósiles a dicha escala, pero siempre con riesgos asociados al resguardo de los desechos.

Las medidas y los objetivos planteados en Alemania se están llevando a cabo, pero también hay desacuerdos y obstáculos. Uno de ellos es saber si cooperará la industria alemana, ya que los empresarios y algunos partidos políticos quieren que se continúe con la energía nuclear en años posteriores, al menos como puente mientras se encuentran más alternativas viables.

En el 2000 fue la coalición del Partido Social Demócrata (SPD) con los Verdes la que decidió el abandono de la energía nuclear. Cinco años después, la coalición hoy en el gobierno entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el SPD escribió un contrato al inicio de su gestión para no tocar la decisión del gobierno anterior de cerrar las plantas nucleares. Sin embargo esta decisión parece tambalearse cuando los miembros actuales de la coalición (sobre todo la CDU) se preguntan acerca del futuro de las fuentes renovables, ya que al cerrarse plantas nucleares seguras se vislumbra aumentar la dependencia energética de Alemania hacia otros países, a menos que se desarrolle más tecnología limpia y se avance en el ámbito de la energía solar y del viento. Estas dos últimas son las principales fuentes alternativas de energía en el país y todavía se continúa construyendo parques eólicos en el mar y esto debido a la falta de espacio en tierra, para que de esa manera las energías renovables contribuyan a la red de abastecimiento eléctrico en aquel país.

En septiembre pasado tuvieron lugar dos sucesos en torno al medio ambiente. Por una parte, se dio a conocer el descubrimiento de un basurero de material radiactivo en el noroeste de Alemania, en Baja Sajonia, del que no se tenían noticias desde hace décadas y donde existen varios desechos radiactivos en una mina de sal. Dicho proyecto no era conocido, porque era piloto y se buscaba observar el efecto de la sal con la basura radiactiva, pero el hecho ha revivido la polémica entre la sociedad alemana sobre el manejo de los desechos. Por otra parte, en el norte del país se abrió la primera planta generadora de electricidad con secuestro de carbono, usando carbón y almacenando el CO2 en el subsuelo.

Aunque la Unión Europea continúa con el liderazgo en asuntos ambientales y de cambio climático, no todos sus miembros tienen igualdad de intereses y contextos. Por el momento Alemania está enfocada en torno al dilema de la energía nuclear, porque el próximo año habrá elecciones federales. Mientras países como Suecia, Italia o Bélgica optaron por el rechazo a ésta desde antes, por contraparte están Reino Unido y Francia quienes mantienen una postura a favor.

* Estudiante de Ciencia Política en Universität Tübingen , Alemania (sgarcia700@yahoo.com.mx )