El destino nos alcanzó... ¿y ahora?

01 / MAY / 2009
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Los chavos de PEP son afectos a los juegos de azar, pero el país necesita empleos.

Mario HernÁndez Samaniego*

Bien dice el dicho: mientras el zacate crece, la burra se muere de hambre. Los yacimientos se agotan y nosotros, ingenuos que somos, seguimos haciendo hoyos en aguas profundas y más y más hoyos en Chicontepec que bien sabido es vaca avara que apenas si suelta microchisguetes de leche; y en aguas profundas sepa Dios cuánto hay, cuánto puede salir y en cuánto tiempo, pero chole, hay que seguir taladrando aunque la burra vaya directo al hoyo.

Al ritmo que se explotan los campos para dar de comer a las refinerías y al sediento vecino del norte, ni Chicontepec ni aguas profundas van a salvar la patria. Dice Pemex que para 2017 Chicontepec estará en auge produciendo de 550 a 700 mil barriles por día, pero aclara que hay que sofisticar la tecnología. Según cuentas de los que saben, tenemos petróleo para 10 años, por lo que Chicontepec estará en auge cuando ya no hay de otras fuentes, y si comparamos 550 mil con dos millones 800 mil que producimos actualmente, no va a alcanzar ni para las refinerías existentes, no se diga la nueva, ni para exportar? horror al crimen.

Y aguas profundas empezarán a dar leche por ahí de 2017 a 2019, si bien nos va. Pero entre 2009 y 2017 se habrá gastado una fortuna, que quién sabe de dónde va a salir para pagar la aventura. ¿O no será mejor llamarla apuesta? Se ve a leguas que los chavos de Pemex Exploración y Producción (PEP) son afectos a los juegos de azar. Pero resulta que, a pesar de haber gastado miles de millones de dólares en exploración y explotación, sólo se está reponiendo una parte de las reservas, de aquí que las apuestas como que no reponen el capital. Y si encima de esto, la producción va en picada, hay que darle la razón a Keynes, gurú de economistas del siglo pasado, quien decía que cuando el desarrollo de un país se vuelve subproducto de las actividades de un casino, es probable que la tarea resulte mal cumplida.

Si de apuestas se trata, ¿por qué no ponerle buena lanota a las perspectivas tierra adentro y en aguas someras? Cuestan menos las fichas, los resultados son más rápidos y entraríamos con más tranquilidad a aguas profundas. Hay que aprender de los vecinos que se metieron a aguas profundas cuando ya habían casi casi agotado las perspectivas tierra adentro y en aguas someras. Si seguimos el ejemplo, hay que picar en Chicontepec y en aguas profundas cuando hayamos agotado las reservas en tierra y en aguas someras.

¿O por qué no apostarle a imitar a japoneses, coreanos, indios (de la India) que sin contar con una sola gota de petróleo se lanzaron a crear economías prósperas invadiendo con sus productos a nuestro vecino del norte, nada menos que bajo nuestras propias narices mientras nosotros chupándonos el dedo gordo del pie izquierdo y, para acabar, dejándonos inundar con esos mismos productos. En serio que estamos fritos: acabándose el petróleo, aventurando capital que rápidamente se agota en aventuras marinas, y sin ganas de paliar la situación con industria competitiva. No queda menos que llamar situación catastrófica a lo que es un hecho. Hay que decirlo: el destino ya nos alcanzó. Ahora hay que obligarlo a dar marcha atrás.

Construir carreteras, puertos y obras por el estilo crea empleos nomás mientras se construyen. Por favor, señores. Hay que crear industria competitiva que genere empleos e impuestos permanentes. Hay grandes capitales en México a los que se debe dar facilidades para invertir. Sólo por mencionar un ejemplo: la petroquímica. ¿Cómo es posible que se le deje morir cuando unos años atrás era boyante y México era uno de los países líderes?

Obviamente, hay que aceptar que aunque nos volvamos nuevamente boyantes en petróleo, no pasaremos de ser un país pobretón poblado de miseria si no somos capaces de crear la economía que podemos crear. Tenemos los recursos naturales y las gentes capaces.

¿Cómo es posible que dejemos a nuestra primera industria, de por sí en estado lamentable, en manos de un consejo de administración que además de integrado por seis políticos que sólo cuidan su posición, cinco trabajadores que sólo buscan sacar provecho para el sindicato y ahora cuatro consejeros profesionales que jamás han puesto pie profesional en alguna de las instalaciones de la industria? Y para redondear, creando más comités, comisiones y burocracia, cuando lo que se necesita es un verdadero liderazgo, plenamente responsable de sus acciones.

Ya no es dable esperar 8 a 10 años con los brazos cruzados a que la ruleta nos favorezca, o no nos favorezca. Tomando nota de que los miles de millones de dólares que se invierten cada año en agujeritos exploratorios que apenas reponen las reservas mínimamente, ¿no es justo que se invierta una parte de estas enormes apuestas en industria que asegure empleos e impuestos? ¿Para qué esperar que el destino nos acabe de agarrar como al Tigre de Santa Julia, con los chones en la mano?

*Fue subgerente de petroquímica y gerente de refinación de Petróleos Mexicanos (Pemex). Laboró en la empresa durante 30 años. Es miembro del Grupo de Ingenieros Pemex Constitución del 17.